¿Por qué
mienten muchos políticos y… muchas políticas?
Agrupemos
a éstos en dos grandes bloques, los que mienten con intención de engañar y
aquellos que se mienten a sí mismos (y de camino a los demás), los que se
autoengañan.
De los
primeros, poco que decir, excepto que una mentira intencionada pretende siempre
un fin concreto, pretende manejar (dominar) a los engañados, llevarlos por el
camino “conveniente”. Si esto se maneja bien y se repite (con las variantes
precisas) durante el tiempo necesario, entonces se estará muy cerca del logro
del mentiroso.
Pero
seamos bondadosos y pensemos que una gran parte de los políticos y políticas
que mienten lo hacen engañándose a sí mismos, entonces el problema es de otra índole,
el problema puede ser abordable desde un punto de vista psicológico, desde un
punto de vista terapéutico.
Planteada
así la cuestión, quizá la solución a muchos problemas (que sufrimos los que no
somos políticos y políticas) pase por que se oferten, por parte de psicólogos y
psicólogas, tratamientos a precios reducidos, incluso en algunos casos (los más
graves) de forma gratuita (por el bien de la mayoría). De esta manera (y si la
psicoterapia funciona, que está por ver), estaremos un poco más cerca de
aquello de la felicidad perfecta (¡imagínate un mundo de políticos curados!),
además con ello se habrá establecido el mayor aporte que la Psicología halla
efectuado a la historia de la humanidad.
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