miércoles, 28 de marzo de 2012

¿De verdad, que es broma?


¿Por qué mienten muchos políticos y… muchas políticas?

Agrupemos a éstos en dos grandes bloques, los que mienten con intención de engañar y aquellos que se mienten a sí mismos (y de camino a los demás), los que se autoengañan.
De los primeros, poco que decir, excepto que una mentira intencionada pretende siempre un fin concreto, pretende manejar (dominar) a los engañados, llevarlos por el camino “conveniente”. Si esto se maneja bien y se repite (con las variantes precisas) durante el tiempo necesario, entonces se estará muy cerca del logro del mentiroso.
Pero seamos bondadosos y pensemos que una gran parte de los políticos y políticas que mienten lo hacen engañándose a sí mismos, entonces el problema es de otra índole, el problema puede ser abordable desde un punto de vista psicológico, desde un punto de vista terapéutico.
Planteada así la cuestión, quizá la solución a muchos problemas (que sufrimos los que no somos políticos y políticas) pase por que se oferten, por parte de psicólogos y psicólogas, tratamientos a precios reducidos, incluso en algunos casos (los más graves) de forma gratuita (por el bien de la mayoría). De esta manera (y si la psicoterapia funciona, que está por ver), estaremos un poco más cerca de aquello de la felicidad perfecta (¡imagínate un mundo de políticos curados!), además con ello se habrá establecido el mayor aporte que la Psicología halla efectuado a la historia de la humanidad.

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