sábado, 12 de mayo de 2012
¿Un país pobre, sin futuro y depresivo, es un enfermo terminal, o podemos hacer algo para impedirlo?
A partir de una lectura de EL PAÍS, me veo en la necesidad de escribir algo sobre ello. Primero me gustaría que se leyera el original, para poder comulgar en conjunto, de todas formas, entresaco algunas frases para contextualizar el tema.
El artículo se llama: Pandemia de pesimismo
'La crisis económica extiende un halo de pesimismo social, un manto de tristeza y falta de expectativas que cala en los ciudadanos. No se ve la salida.'
´Y ha llegado la austeridad", diagnostica Gil Calvo. Ello ha llevado a la sensación de "pesadilla" desde que, en 2010, comenzaron los recortes. Un mal sueño vestido de impotencia y que abona un "desánimo general" sin fin. "Ni hay remedio, ni hay remediadores. No se ve la salida'
'Y mientras, "cada vez una nueva vuelta de tuerca más en el fondo del pozo". Y "con el síndrome de los viernes: a ver dónde pasan la cuchilla [en el Consejo de Ministros]"'
'La víctima es la clase media, "depauperada". "Son los que han perdido el empleo o la fuente de ingresos, como los pequeños empresarios o los autónomos, incluidos los que no logran cobrar lo que se les debe. Muchos están al límite de la exclusión social, o o han caído en ella", [...]. Suponen "más de un tercio de la población"'
'Luego, están los "asustados", casi otro tercio de la población, [...], Son "gente que conserva íntegro, o casi, su salario o su tasa de beneficio". "Se preguntan 'cuándo me va a tocar'. Están paralizados, mirando las barbas del vecino, y dejan de consumir por las dudas"`
'Solo uno de cada cinco entrevistados cree que la situación de la economía y el empleo mejorarán en los próximos seis meses.'
'"Lo que me asusta es que se nos dice que somos culpables, que lo tenemos merecido y que tenemos que hacer penitencia por haber vivido por encima de nuestras posibilidades. Estamos interiorizando lo que creen de nosotros". De ahí que renazca el sentimiento de inferioridad'
´"Estamos en estado de shock, pero no es un accidente, es una estrategia de clase que busca objetivos determinantes. Hay un 1%, los especuladores, que se están forrando", apunta Kaplún. "Decimos 'la que está cayendo', pero es un eufemismo que implica que nadie tiene la culpa. Como si fuera un accidente, una lluvia incontrolable que provoca inundaciones. Pero no. No es la que está cayendo, es la que nos han tirado encima. Los mercados son, en realidad, personas". Verlo así supone cierto alivio, porque la toma de conciencia ayuda, plantea.´
´La crisis económica como enfermedad social y, también, individual. "Genera un sentimiento de que ya no está en manos de cada uno lo que pase con su vida", asegura José Luis Linaza, catedrático de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid. "Uno de los problemas más serios que tenemos es que muchos seres humanos no ven un futuro en el plazo de años. Y no son uno ni dos", prosigue. Un futuro que está ligado a un empleo, que es la llave maestra de las expectativas vitales. "Eso se traduce, o bien en el intento de hacer algo o en la sensación de imposibilidad para hacerlo, en una indefensión aprendida que lleva a decir 'no puedo intervenir en el futuro de mi vida'. Esto último lleva a la apatía y a la depresión. Y cuando la depresión, aunque siempre individual, se convierte en una especie de fenómeno colectivo, es un problema mayor", describe Linaza.´
´En la situación actual pueden aumentar las emociones negativas, "aunque todavía no hay datos que lo corroboren". Se refiere sobre todo a tres, que ya menudeaban antes de la crisis "y que son estables": ansiedad, ira y depresión. "La primera surge cuando tememos que suceda algo malo. Por ejemplo, el miedo a perder el empleo. Cuando eso ocurre, aparece la ira, por vernos en esa situación. Y llega la tristeza por la pérdida, que suele ser un paso para la depresión"´
Hay muchos más párrafos que podría subrayar, pero como muestra, con varios botones vale.
A mi entender, desde la salud mental social el artículo es bastante claro y nos "pinta" una situación dantesca (que puede ir a peor). A tenor de todo ésto, ¿hay alguna especie de terapia que podamos poner en marcha los que sufrimos la (maldad, incompetencia, dejadez...) ajena?. La respuesta es sí y como en toda labor que merece la pena, la "carne en el asador" la tenemos que poner nosotros, no hay salvadores externos (nunca los ha habido), comencemos por cuestionar todos los falsos principios con los que nos engañan constantemente, reivindiquemos respuestas entendibles, datos, hechos y demostraciones a aquellos que hemos colocado para que nos representen, para que trabajen para nosotros, no para otros países y/o especuladores. La culpa que intentan imbuirnos no existe, es falsa, es otra herramienta más para potenciar nuestra indefensión, es, de nuevo, otra mentira. Dejémonos de ratones y quesos y otras tonterías, vayamos a hacer lo que corresponde, que no es la sumisión ni el abatimiento, si no el colectivismos, la acción social, de menos a más, (los grupos de apoyo están inventado desde hace ya mucho tiempo, y se denominan "grupos" por algo), nuestros problemas no son únicos, son de muchos y compartidos. Más acción y menos depresión, esa es la clave. El asociacionismo no hay que inventarlo, pero quizá sí habria que revitalizarlo, y con carácter de urgencia. Si sabemos lo que nos conviene.
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