Esta entrada no estaba pensada para hoy ni para ningún día. Hechos, como el mencionado a continuación, no debieran tener cabida, ni aquí, ni en cualquier otro sitio. Simplemente debieran no existir.
Uno está harto de comprobar como se hace daño (psicológico y físico) a personas que necesitan (a veces desesperadamente) todo lo contrario y, sin embargo, reciben dolor, golpes y otras bestialidades por aquellos que se supone que les cuidan y educan.
En Público.es un artículo titulado "Un joven autista, torturado por sus propios profesores en EEUU", nos describe otra barbaridad efectuada en nombre de esa falsa ciencia que a alguno le viene bien como escusa para cometer verdaderas tropelías.
El vídeo puede verse en Youtube y el Centro, no sólo sigue abierto y en funcionamiento, si no que en su ideario oferta como positivas las terapias aversivas.
Nada más que añadir, excepto asco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario